No me pidas más de lo que puedo darte; tampoco está corriéndose mi rimmel por tu drama. Si te toco te estremeces y me voy sin dejar huella.
No vislumbres el futuro compartido ni tampoco la posibilidad del no deber. No lo rechaces. Ni te engañes. Ni me engañes. Empatiza con la lujuria y desvanece el momento a ti mordido. No me preguntes. No debas. No pises. Y, sobretodo, no lances.
No hay ni trampas ni alfileres. Recuerda la jugada. Utopías de ombligos y mar brava por tu calma.
No te olvides de mi más-todo. No descartes lo que niego.
Me vendo barato. Pero me cobro el carisma a alto precio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario