jueves, 3 de enero de 2013

Convénceme.

No me pidas más de lo que puedo darte; tampoco está corriéndose mi rimmel por tu drama. Si te toco te estremeces y me voy sin dejar huella.

No vislumbres el futuro compartido ni tampoco la posibilidad del no deber. No lo rechaces. Ni te engañes. Ni me engañes. Empatiza con la lujuria y desvanece el momento a ti mordido. No me preguntes. No debas. No pises. Y, sobretodo, no lances. 

No hay ni trampas ni alfileres. Recuerda la jugada. Utopías de ombligos y mar brava por tu calma. 

No te olvides de mi más-todo. No descartes lo que niego. 

Me vendo barato. Pero me cobro el carisma a alto precio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario