Ella es una visionaria.
Se maquilla. Se antepone. Se corta el pelo antes que nadie. Lleva mis bikinis y unas trenzas. Flequillo recto de la remoda y, sobretodo, blondie. Pero también morena.
Se sienta en el parque a tomar pipas con las amigas y hablan de verdad. De lo que hablan las amigas. De esas banalidades. Y está bien, porque no se puede hablar con nadie más. Bebé a morro y se pinta los labios de rojo, porque sabe que es lo que le gusta. Además, dice que sí a todo. Escuchan la misma música y usa pantalones anchos. Pero también tacones.
Ella hace la moda. No sé porque le gusta. No conduce. Vive cerca y tiene una trompeta. Además habla raro y sonríe poco, pero no le importa. Viste bien, y mal. Ella estudia y trabaja. Se mueve. No le gusta el teatro, ni los conciertos. Come como un pajarito, pero no sabe de modales. Es obscena, y linda, y pija, y delicada, y fuerte.
Lleva tatuajes, pero no le gustan. Tampoco Madrid. Corre mucho y coge taxis. No lleva anillos y tiene los ojos grises. Lo mejor es que ella nunca habla de mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario