domingo, 15 de diciembre de 2013

Muy ello.

En ocasiones, hay que cambiar el detalle.

Tienes que abrir el armario, y sacar lo que tienes atrás y ponerlo delante. Para verlo, para recordar que lo tienes. Entonces, lo usas más. 

Sí, sólo a veces...

Otros días, lo mejor que puedes hacer es cerrar ese armario y creer que todo lo que está dentro se está desintegrando y que, pronto, se crearán cosas nuevas que sustituyan a las antiguas. Entonces, eres más feliz.

Otras veces te dan ganas de cambiar el armario por una nevera y que todo lo que esté dentro se hiele. Entonces, es para siempre. 

A fin de cuentas, ¿Quién quiere un armario si no tiene nada dentro?.

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En las neveras, tener el ánimo "así como por los pies", es un recuerdo que no aciertan ni tus propias sombras. 

La peor desilusión es la de que ni siquiera te importe lo que pase a tu alrededor. 

http://www.youtube.com/watch?v=xIY2rMm5Jic

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