jueves, 13 de septiembre de 2012

Resguardos.

Está mi nombre y tu ombligo. Y luego esta ella.

Tan recatada, sin curvas. Con esos aires de doncella desmedida. Con ese color melocotón en los labios y ese olor a niña bien. Lástima que nadie te aguante. 

Mi dulzura ni la ubicas. Salen pretendientes y pretendidos de debajo de las piedras. Me corto el pelo, me araño en las muñecas. Me pongo tus cascos de indiferencia. No critico. No masco. Me muerdo la lengua y me enveneno. Salgo y sales. Bailo y miras. Sé que me llamas. No lo intentes y no dejes de hacerlo.

Para ti seré como un puto porro de marihuana con olor a algodón de azúcar.

Me doy oportunidades para no arrepentirme. Ya he establecido el límite. Y no se pasa. 

Se arrebata. 

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