La prisa no deja tiempo para la verdad mientras la mentira dura.
Lo importante y lo banal compiten por mi cadera.
Si pudiera elegir, una muerte dulce; mejor que sangre azul, o salada.
Es mejor llevar vestido que ir con faldas y a lo loco.
Nos llevamos como perros y gatos; pero ya no me arañas.
No se pueden confundir los grises en el negro contra blanco.
Mejor un tú que él, que un yo de ti.
Y al final todo se queda en que sí pero no.
Para siempre y como nunca.
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